Este recién comenzado año no ha empezado nada bien para nuestra biodiversidad maltratada. El pasado domingo diecinueve de enero, en las centrales eólicas La Muga y La Muga 2, en Campo de Borja (provincia de Zaragoza), miembros de ANSAR hallaron los cadáveres de dos milanos reales y dos grullas bajo los aerogeneradores, con pocas dudas de ser abatidos por éstos.
La grulla es una especie incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Se trata de una especie migradora que se reproduce en el norte de Europa e inverna en la Península Ibérica. Una de las grullas que apareció muerta llevaba anilla metálica y otras de colores. Eso indicaba que la habían marcado en algún lugar de Europa.

Una vez enviados a los especialistas el código de colores y el número de anilla metálica, nos remitieron el historial de la grulla: la habían marcado de pollo el veintitrés de junio pasado en Gotthun Mecklenburg-Vorpommern, en Alemania, que se encuentra a unos 1650 km de distancia en línea recta de donde encontró la muerte. Una muerte prematura, pues las grullas pueden llegar a vivir entre quince y treinta años. Esta apenas ha vivido seis meses. Los bandos de grullas invernantes salen cada día de sus dormideros en lagunas y zonas encharcadas para buscan alimento en los campos; al ir o volver caen abatidas al cruzar las centrales eólicas.
El milano real es una especie catalogada en peligro de extinción. A la población residente se unen en invierno los migradores europeos. Es una rapaz diurna, prospectora, que busca cadáveres y restos en el suelo. Frecuentemente cae abatida por las palas de los aerogeneradores. En el año 2022 sufrió en Aragón 38 bajas por esa causa, en 2023 fueron 59 ejemplares. Los datos de 2024 están por confirmarse pero, hasta octubre, 43 bajas habían ingresado en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Gobierno de Aragón.

Para esta asociación cualquier baja es inaceptable en una industria que se dice verde y renovable y los casos que denunciamos aquí sólo son una ínfima parte de la siniestralidad eólica. Parece que la mortalidad que ocasionan las centrales eólicas no para de aumentar, y eso que en algunas centrales instalan sistemas de vigilancia para evitar las colisiones con aves de cierto tamaño. No obstante, no valen para mucho pues bajas se producen tanto en máquinas con dispositivos como sin ellos. En este caso, en ninguno de los aerogeneradores tenía instalado sistema anticolisión alguno.
Voluntarios de ANSAR realizan observaciones y grabaciones de los vuelos de las aves en centrales eólicas y cómo responden los sistemas anticolisión cuando se acercan a las máquinas, y pueden demostrar que los molinos no paran o lo hacen cuando las aves ya han pasado. Otras veces, por el contrario, han comprobado que los aerogeneradores se paran sin que pase ningún ave y vuelven a girar al rato.
Aerogeneradores conflictivos
El Gobierno de Aragón elaboró un protocolo de actuación para las centrales eólicas e intentar frenar la mortalidad, identificando los molinos más mortíferos que denomina “conflictivos”. Ante la siniestralidad de especies catalogadas las máquinas deben pararse un determinado tiempo.
Es el propio Gobierno de Aragón es el que debería de obligar a las empresas a realizar estas paradas, y aunque sabemos que en ocasiones es así, en la mayoría de los casos no se cumple. Desconocemos el porqué.
Según el protocolo:
Casos de colisión de especies del CNEA (Catalogo nacional de especies amenazadas) o del CEAA (Catalogo de especies amenazadas de Aragón).
Primera colisión: Consideración inicial de riesgo accidental. Parada precautoria del aerogenerador por un periodo mínimo de tres meses, aunque podría ampliarse en caso necesario y especialmente si durante este periodo no pueden acometerse las acciones que se prevén.
Pero el protocolo del Gobierno de Aragón también incluye:
– Análisis de medidas preventivas y correctoras adicionales a aplicar en el aerogenerador peligroso,
– Establecimiento de protocolo de actuación ante situaciones de riesgo previamente a reiniciar el funcionamiento del aerogenerador.
En el caso que denunciamos aquí, lo grave de todo esto es que, aparte de las dos grullas muertas, también aparecieron dos milanos reales, especie catalogada en peligro de extinción. En este caso y según el protocolo, los aerogeneradores implicados deberían de haber parado.
Han pasado dos semanas y los molinos no han parado (como exige el protocolo) y siguen girando con el peligro de que vuelva a morir más milanos reales de los que todavía sobreviven en la zona.
Otro caso de incumplimiento de protocolo.
En verano de 2024 en la central eólica Los Monteros, ubicado en la Ribera Alta, que es bastante antiguo y carece de vigilancia ambiental cayó un milano real. Como dice el protocolo, el molino debería de haber parado, decimos debería porque no ha sido así. Ese aerogenerador ha continuado girando hasta la fecha y han pasado seis meses desde la muerte de esta especie en peligro de extinción, a día de hoy el molino sigue activo como han podido comprobar desde Ansar.
Las personas de ANSAR vigilan que se cumpla el protocolo y así lo han denunciado en reiteradas veces a la Dirección General de Energía y Minas del Gobierno de Aragón como órgano sustantivo que debe de hacerlo cumplir.
El pasado dos de agosto de 2024 ANSAR hizo una petición de información a la Dirección General de Energía y Minas, dicha información es pública. Han pasado cinco meses y todavía no la han facilitado, cuando según la Ley 19/2013 de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, que según el artículo 20 dice “La resolución en la que se conceda o deniegue el acceso deberá notificarse al solicitante en el plazo máximo de un mes desde la recepción de la solicitud por el órgano competente para resolver”.
Lo que es más evidente es que, para autorizar los parques eólicos el Gobierno de Aragón contrata a personal para desatascar las peticiones e intentar agilizar los trámites, todo es favorecer a los promotores, pero a la hora de hacerles cumplir el protocolo, o de responder a las solicitudes de información que le piden los ciudadanos, para eso no se da mucha prisa.

Al terminar estas líneas, hoy dos de febrero, miembros de ANSAR comunican que han encontrado en la misma máquina de La Muga donde murió uno de los milanos reales, un ratonero partido en dos trozos. Si este molino se hubiera parado como exige el protocolo, este ratonero no hubiera muerto. Alguien no está haciendo su trabajo.