Este estudio realizado por Juan Pablo Castro y Oscar Torrijo trata sobre un conjunto de humedales poco conocidos situados en las cercanías de la ciudad de Zaragoza, dentro de la zona del aluvial del Ebro. Los principales de entre ellos son las balsas del barrio zaragozano de Casetas, conocidas popularmente como “ojos”, nombre que reciben las aguas subterráneas que salen a la superficie. Como explica Joaquín Guerrero en el prólogo, “las aguas subterráneas forman simas y afloran en muchos lugares, creando balsas naturales”, un fenómeno típico de esta zona y de este tipo de suelo, como también lo es la formación de dolinas.