Desde la Asociación Naturalista de Aragón (ANSAR) queremos anunciar nuestra adhesión al Fondo para la Protección del Lobo Ibérico, así como la colaboración económica en la campaña de micromecenazgo para la defensa jurídica de esta especie, clave en los ecosistemas de la península ibérica, y a la que animamos a todo el mundo a unirse.
Se habla del lobo como una especie clave por los múltiples beneficios que su presencia tiene en el territorio, como es, entre otros, la regulación de poblaciones de ungulados, impidiendo grandes brotes de enfermedades infecciosas e incluso la transmisión de enfermedades a ganado doméstico. La densidad de los depredadores apicales siempre es baja, nunca supera la capacidad de carga del territorio y se regula sin intervención humana. Su convivencia con la ganadería extensiva es posible con medidas preventivas y compensatorias sin que haya necesidad de ningún control poblacional, ya que éste, suele empeorar la situación con un incremento de ataques debido a la desestabilización de las manadas.
En nuestra Comunidad, el lobo como en otros territorios, ha sufrido siglos de persecución directa hasta la extinción de la especie, actualmente contamos en Aragón con la presencia de unos pocos individuos dispersantes de otros territorios, estando las manadas reproductoras más cercanas en La Rioja.
En el año 2023 ocurrió un hecho de gran transcendencia biológica en Alcañiz como fue la formación de una pareja entre una hembra de lobo ibérico (Canis lupus signatus) y un macho de lobo itálico (Canis lupus italicus). Esta zona de unión al sur de los Pirineos entre las dos subespecies, es de suma importancia debido a la pérdida de diversidad genética del lobo, como demostró recientemente un estudio del CSIC. Desgraciadamente esta pareja que tenía en vilo a multitud de biólogos, no logró tener descendencia, falleciendo el macho por atropello y la hembra de enfermedad.
Este cruce de subespecies y mezcla genética sigue siendo posible debido a la presencia de individuos de los dos linajes y supondría un hito biológico para la especie. Los naturalistas y ecologistas aragoneses esperamos que se produzca este hecho y los individuos dispersantes puedan asentarse formando parejas reproductoras.
Por todo ello, consideramos imperativo frenar esta campaña sin ninguna base científica, que ha rebajado la protección legal del lobo pasando de estrictamente protegido a protegido para cazar la especie. La convivencia no solo es posible sino deseable por todos los beneficios que conlleva.