En su día escribí un artículo similar pero creo que se perdió y creo que es bueno seguir dándole vida al tema. El seto que los franceses llaman “la haie vive” o seto vivo es un elemento fundamental de los paisajes rurales tradicionales, el llamado “bocage” en el que parcelas agrícolas o pastos, de pequeño o mediano tamaño van delimitados y separados por densos setos de muy diversas especies arbóreas y arbustivas. Estos setos vivos, ahora los identificamos mucho con la biodiversidad pero tradicionalmente cumplían otras muchas funciones: eran absolutamente funcionales en la gestión del espacio agro ganadero. Delimitaban las propiedades, custodiaban al ganado, daban sombra y protegían de los vientos. Las esencias presentes, espontáneas y/o plantadas eran objeto de muy diversos usos que conllevaban la custodia y mantenimiento de estos setos de vida. Se mezclaban, de manera más o menos espaciada, árboles frutales y árboles forrajeros, y otros para leña, techumbres, mangos de herramientas, leña y un largo etc. según climas y regiones, siendo presentes en la mayoría de los paisajes europeos. Aquí, en Aragón, podemos relacionar esto con el aprovechamiento de los chopos y fresnos cabeceros presentes en las márgenes de los ríos (Provincia de Teruel) y en lindes de parcelas de montaña (Provincia de Huesca). En los actuales paisajes aragoneses quedan retazos de estos setos vivos…tengo en mente recuerdos de Alacón, Estercuel o Benasque, entre otros. En muchas zonas, la concentración parcelaria ha hecho estragos. Romper con el pasado es la tónica de estos tiempos acelerados y nuestra sociedad lo hace incluso con saña. Según las regiones, he visto frutales tales como manzanos, perales, cerezos, ciruelos, membrillos, nogales, avellanos etc. Mezclados con aligustre común, endrinos, rosales silvestres, zarzas. En el bajo Aragón está muy presente el almez, latonero o “litonero” o “lledoner”, cuya madera se convertía en horcas de madera, mangos de herramientas o bastones. En resumidas cuentas, el seto vivo estaba vivo para la biodiversidad, pero sobretodo, para el paisanaje. No puede evitar sentir cierta nostalgia al escribir esto.
Ahora y en determinadas zonas agrícolas, se han vuelto a plantar setos, sobre todo para evitar la erosión, pero más bien con especies de poco porte. En época franquista, en los procesos de colonización se plantaban muchos setos de cipreses como cortavientos, y bosquecillos de pinos alrededor de los nuevos pueblos.
El seto vivo ideal sería aquel que se plantase en dos hileras, separadas por unos dos metros, para que se convierta en un bosque lineal, pero de estos, he visto pocos, por falta de espacio.
A modo de ejemplo voy a comentar el seto vivo que tengo plantado en la Torre Casellas de Montañana, finca que está en régimen de custodia del territorio con ANSAR, la Asociación Naturalista de Aragón. Es de una sola hilera, y tiene ya cuarenta años. Solo tiene 80m de largo, porque la finca no da para más, está orientado norte/sur y es un excelente cortavientos para mi vecino. Inicialmente, una parte se inició con aligustre común, aunque no de la variedad silvestre. He plantado poco más y el resto ha crecido de forma espontánea. Puse un olmo “pumila”, algún chopo (vivero de ANSAR) un almez y un arce de Montpellier que no prospera. Hay álamo, fresno, nogal, laurel, madreselva, zarzamora, acacia de tres espinas, ciruelo, olmo común (que muere y rebrota)…y aligustre del Japón. Está última especie es muy invasora pero se puede controlar y hace mucho “bulto”. La altura media será de entre cinco y seis cobijo a especies de animales terrestres (por ejemplo, erizo. Lo más interesante para mí ha sido la colonización del seto por parte de las aves nidificantes, en cuanto el desarrollo arbustivo y arbóreo ha sido suficiente: urraca, paloma torcaz, tórtola turca, mirlo, curruca cabecinegra, pájaro moscón, y carbonero en caja nido. También son muchos los insectos que voy observando; en particular, los dípteros se solean mucho en la vertiente este, soleada por la mañanas y al abrigo del viento. Esto lo hacen también los gatos.
Es interesante la presencia de árboles de hoja perenne, mezclados con el resto pues son cortaviento y árboles de sombra todo el año. Hace ya unos años, en otra finca, plante un seto lineal de aligustre común, mediante 600 estaquillas provenientes del vivero de ANSAR, y que ha crecido muy bien, ahora asilvestrado.
El seto vivo se convierte ahora en refugio climático frente al calor y, si en algún momento se puede ensanchar formando un bosquecillo, el efecto ecológico y climático se multiplica. Los parques urbanos, rodeados de setos vivos, mejorarían mucho sus funciones, incluso serían más relajantes para las personas.