BOTÁNICA. RUTA DE LOS PARQUES DE ZARAGOZA

02-10-2016

(Fotografías al final del texto)

Con esta actividad, abierta al público en general, ANSAR, con el apoyo de la comisión de botánica y Juan Pablo al frente del grupo, buscaba dar a conocer los árboles de la ciudad a cuantas personas estuviesen interesadas en ello.

Comenzó el recorrido a las 9:00 de la mañana, partiendo del Puente de los Cantautores, en la entrada al  Parque Grande José Antonio Labordeta, de Zaragoza. Allí nos reunimos unas 50 personas dispuestas a visitar los principales parques zaragozanos y algunos jardines de la ciudad, en un paseo de aproximadamente 10 km  en el se fueron viendo diversos aspectos de los mismos, sobre todo los relacionados con el arbolado urbano.

Comenzamos internándonos en el parque y en el exterior del Centro Deportivo Municipal Salduba vimos  el falso pimentero (Schinus molle), después cruzando la avenida de San Sebastian pudimos contemplar magnolios (Magnolia grandiflora), adelfas (Nerium oleander), cipreses de Arizona (Cupressus arizonica), y pitosporos (Pittosporum tobira). Llegamos a la zona próxima a la Fuente de la Princesa para ver y distinguir los pinos carrascos (Pinus halepensis), que conservan las piñas en la copa, de los pinos piñoneros (Pinus pinea) con grandes placas en la corteza de color asalmonado y prácticamente sin piñas, pues no las conserva después de liberar los piñones. Junto a ellos se encuentran cipreses comunes (Cupressus sempervirens) a los que en el mundo mediterráneo se les ha dado, desde la Antigüedad, un uso ornamental funerario.

Después, al pie del monumento a Alfonso I El Batallador y próximo a la fuente, encontramos el fresno común (Fraxinus angustifolia) árbol catalogado y también dos pequeños árboles, el roble turco (Quercus cerris) al que nosotros equivocadamente habíamos denominado Quercus rubra y el roble común o carballo (Quercus robur).

Saliendo ya del parque, de camino hacia el Canal Imperial de Aragón, vimos la fila de platanos de sombra (Platanus X hispanica) catalogados por el Ayuntamiento de Zaragoza.

Paseando por la orilla del canal llegamos hasta el Hospital San Juan de Dios y en su jardín  pudimos ver dos madroño (Arbutus unedo) con atractivos frutos rojos, un palmito elevado (Trachycarpus fortunei) con el fuste muy piloso, la palmera canaria (Phoenix canariensis) que es la especie de palmera más común en Zaragoza y la yuca gigante (Yucca elephantites), sobre la que alguien preguntó si era la planta cuyo tubérculo es comestible, aprovechamos para aclarar que no lo es, ya que  la planta comestible es la mandioca o tapioca de la familia de las Euphorbiaceas.

 Siguiendo el canal llegamos al Puente de América, que da acceso al barrio de Torrero, nos detuvimos junto al monumento inaugurado hace dos años para  conmemorar el conflicto de aguas del año 87 a.C entre Alaun y Salduie (ciudades prerromanas) recogido en el Bronce de Botorrita. Allí vimos otro platanero (Platanus orientalis) muy raro en Zaragoza.

Nos dirigimos al parque Pignatelli y en ese recorrido encontramos los jaboneros chinos o farolillos (Koelreuteria paniculata) y en la entrada del parque los restos de un monumental ailanto (Ailanthus altissima).

Ya en el Paseo de Sagasta vimos evónimos (Evonymus japonicus) y espinos de fuego (Pyracantha coccinea) además de muchos plataneros (Platanus X hispanica). Al final de este paseo, en la Glorieta de Sasera, contemplamos dos magníficos ejemplares de álamo (Populus alba) y algún  que otro liquidambar (Liquidambar styraciflua).

Continuando el recorrido llegamos al Paseo de la Constitución, donde nos detuvimos para observar las bonitas semillas rojas de los magnolios (Magnolia grandiflora) y dos árboles catalogados como monumentales: un ailanto (Ailanthus altissima) y un chopo papelero (Populus x canadensis); en el cartel que a su pié colocó el Ayuntamiento figura como Populus nigra, pero creemos que está equivocado.

Ya en la Plaza de los Sitios nos encontramos con un  tejo hembra (Taxus baccata) que conservaba algún fruto rojo, también vimos un manzano ornamental, posiblemente Malus everest y el árbol del amor (Cercis siliquastrum).

Seguimos por el Paseo de la Mina y en su confluencia con el inicio de la calle de Miguel Servet, en la mediana, vimos un bonito ejemplar de ricino (Ricinus communis) y en el puente que cruza el río Huerva apreciamos las diferencias entre el fresno común (Fraxinus angustifolia)  y la melia (Melia azedarach).

Nos adentramos en el Parque Lineal del Río Huerva y contemplamos un espectacular álamo (Populus alba) y una hermosa fila de palmeras (Washingtonia filifera) que conservaban  sus hojas secas. Llegamos al Parque Bruil y allí nos encontramos con cuatro tremendos ejemplares de latonero (Celtis australis), uno ya seco, una carrasca o encina impresionante (Quercus ilex ballota) y unos hibiscos (Hibiscus syriacus).

 Empeñados en completar el recorrido, llegamos por fin al río Ebro y en su margen derecha vimos tamarices (Tamarix gallica), con sus características ramas finas y su follaje gris verdoso, aquí Juan Pablo nos explicó que suelen crecer en las orillas del río y, generalmente, pueden vivir en suelos salinos.

Cruzando el Puente del Azud, que conecta el barrio de Las Fuentes con el de Vadorrey llegamos a la margen izquierda con el firme propósito de alcanzar desde ahí el Parque del Tío Jorge. En una zona ajardinada de Vadorrey una barca remolachera, convertida en monumento, recuerda al viandante el trasiego de las pequeñas embarcaciones que navegaban por el Ebro en un continuo ir y venir a la antigua Azucarera de Aragón.

 Luego nos acercamos a ver el Reloj Solar de Vadorrey, el más grande del mundo según la placa del título de récord Guinness colocada allí,  su mástil se alza a una altura de 31 metros sobre una plaza semicircular y aprovechando un pequeño descanso, Juan Pablo nos dio las explicaciones correspondientes para entender su funcionamiento. En esta zona vimos un laurel hembra (Laurus nobilis), unos sisallos (Salsola vemiculata) pequeños arbustos que habían crecido allí de forma espontánea y también determinamos el tilo común (Tilia cordata) con pelitos rojizos en el envés y el fruto con costillas prominentes, ésta característica nos permitirá diferenciarlo de los tilos de la Avenida de la Independencia (Tilia x vulgaris)  pues estos tienen pelitos blanquecinos y el fruto apenas acostillado.

 Fuimos callejeando para alcanzar el parque que era el punto final de nuestro recorrido y en la avenida de San Juan de la Peña pudimos contemplar un magnífico ejemplar de casuarina (Casuarina cunninghamiana) árbol de origen australiano perteneciente a la familia de las Casuarinaceas; Juan Pablo explicó que sus raíces pueden fijar el nitrógeno al suelo aportándole nutrientes, propiedad que también poseen las leguminosas. Vimos también un árbol del paraiso (Elaeagnus angustifolia), que tiene asociado como en el anterior bacterias filamentosa del género Frankia con lo que producen el nitrógeno.

Al poco llegamos al monumental pino piñonero (Pinus pinea) que se alza majestuoso en esa avenida y estuvimos un rato observando sus piñas y piñones.

Nos adentramos en las calles de la zona urbana conocida como Balsas de Ebro Viejo, cuyo nombre proviene de las antiguas zonas pantanosas y “galachos” originados por el río tras sucesivos e importantes desbordamientos del Ebro ocurridos en el siglo XV y que fueron desecados entre finales del siglo XIX y comienzos del XX.

Finalmente llegamos al Parque del Tío Jorge (héroe de los Sitios de Zaragoza), uno de los más extensos de la ciudad y que ocupa el corazón de las antiguas balsas. Allí vimos un magnífico ejemplar de eucalipto (¿Eucalyptus camaldulensis?) y una palmera datilera (Phoenix dactylifera) que se encuentra muy cerca de una palmera canaria (Phoenix canariensis) por lo que es un punto de referencia para ver las diferencias entre ambas.

Y en este punto acabó nuestro recorrido arbóreo por los parques principales de la ciudad de Zaragoza, para otra ocasión quedan muchos más. Tras caminar 10 km, en una mañana que fue expléndida, el calor ya apretaba, quedábamos algo más de 30 personas y  se hacía necesario reponer fuerzas, era la  1:30 de la tarde y habíamos cumplido todas nuestras expectativas.

Os invitamos a la próxima.

Nuestro compañero Juan Carlos Troya, gran conocedor de las aves, nos ha aportado un listado de las aves vistas u oidas en el recorrrido. Puedes consultarlo aquí.