Llega el otoño y, en el vivero de Ansar situado en el galacho de La Alfranca, en Pastriz, es el tiempo de la limpieza. Ramas secas, poda de árboles y desechos vegetales se amontonan desordenadamente. Mientras, las bajas temperaturas van tiñendo de ocres y marrones el entorno, a la espera de las lluvias de esta estación del año.
(Como curiosidad, Alfranca es un vocablo árabe que significa la franca, es decir, lugar de tierra libre de deberes y contribuciones).