A principios de diciembre pasado, naturalistas aragoneses hallaron cinco buitres leonados abatidos bajo los aerogeneradores del Parque Eólico Rabosera entre los términos de Sierra de Luna y Marracos. El siniestro circuló por las redes sociales acentuándose la indignación por la tardanza con la que los cadáveres fueron retirados.
Desastres como éste, por colisión de las aves con las palas de los aerogeneradores, son habituales en los parques eólicos aragoneses, ante la total pasividad del Gobierno de Aragón, el cual viene otorgando, además, con gran permisividad licencias a promotores eólicos y fotovoltaicos para invadir de instalaciones el medio natural.