Geología. Terrazas del Huerva y Ebro

14-01-2018

Una semana después de la última excursión para ver las terrazas del Ebro, nos reunimos de nuevo para esta vez descubrir la geología del Parque Grande y del Canal Imperial de Aragón, siguiendo las indicaciones en todo momento de Juan Pablo Castro, fundamentalmente se trataba de repetir la salida de la Geolodia 2017 en Zaragoza.

Nos reunimos 19 personas en el centro de la ciudad, allí mismo en un monumento vemos una roca ornamental la “Piedra de Calatorao” que contiene fósiles de belemnites, esta roca es la misma que la del Auditorium que ya vimos el año pasado, se trata de una caliza que pertenece a la Fm Chelva del Jurásico Medio, el color es oscuro y pulida es casi negra, debido a la cantidad de materia orgánica que contenía en su origen que no se degradó por la falta de oxígeno en los fondos marinos en los que se sedimentó.

Dirigimos nuestros pasos a un buen corte de una terraza moderna del Huerva, que ve desde una pasarela peatonal existente entre las calles Manuel Lasala y Río Huerva. Vemos la gran incisión que desde el Holoceno ha realizado el río en sus propios sedimentos; a esta terraza se le calcula unos diez mil años y en algunos de los diferentes estratos que la componen se puede ver que sólo contienen limos, los cuales corresponderían a su llanura de inundación. Otras veces los cantos son muy gruesos indicando una corriente muy potente o una avenida…

Llegamos hasta el pie del monumento al Batallador, aquí nos encontramos sobre la segunda terraza, a la que se le calculan unos 10.000 años. Ésta es la que forma el suelo de mayor parte del Parque Grande de Zaragoza, sin embargo, el monumento está situado en una zona bastante más alta que corresponde a la cuarta terraza, ésta se formó hace unos 120.000 años, por lo que cada escalón que subimos para llegar hasta él, nos aproximaría casi un milenio al pasado.

En la parte superior estaría situada en aquella época la desembocadura del Huerva en el Ebro, siendo la terraza de este último el talud poblado de pinos que sube por la acera derecha del Paseo Renovales hacia el Canal Imperial, este hecho nos ayudará luego a comprender, en parte, los movimientos de nuestros ríos a lo largo del Cuaternario.

Nos dirigimos después al Jardín de Invierno, que a principio del S XX era una cantera de gravas, en su construcción, para adecuarla a su uso actual, se emplearon diversos materiales geológicos y distinguimos: areniscas fluviales, algunas verdosas por su contenido en clorita, calizas marinas claras con oolitos, yesos alabastrinos todos ellos muy karstificados, calizas grisáceas (Calatorao)…

Subimos de nuevo hacia el Cabezo de Buenavista y nos encontramos unos bancos construidos de piedra arenisca para descanso del paseante, que cuentan con unos 100 años de antigüedad y observamos el deterioro tan considerable que ha producido la erosión en un material tan poco consolidado.

Nos acercamos a una caseta de mantenimiento y en su suelo vemos unas losas de esquistos que es una roca metamórfica por presión de grado medio-bajo.

Bajando del Cabezo encontramos al lado del Canal Imperial un depósito de terraza ya consolidado por un cemento calizo, una pudinga (mallacán, en aragonés).

En una zona próxima a los viveros municipales bajamos hasta el río Huerva para contemplar el único sitio en la ciudad de Zaragoza donde se ven los yesos del Mioceno depositados en los lagos evaporíticos de la cuenca endorreica terciaria, aquí el río ha tenido la fuerza necesaria para llegar a cortar estos materiales.

Aquí Juan Pablo nos explica la dinámica del río Ebro que durante el cuaternario ha ido migrando hacia el NE y ha erosionado totalmente las terrazas de su margen izquierda formando un talud vertical (los cortados), casi continuo de sedimentos químicos en todo su curso medio.  Todos estos cortados se encuentran en retroceso debido a la propia acción del río y las terrazas fluviales, casi exclusivamente, se encuentran en su margen derecha, en la   que la pendiente es mucha más suave y más extensa, formando por ello un valle fuertemente asimétrico, la causa de esto no está clara, se piensa que puede estar siguiendo una falla, pero no está confirmado.

Al río Huerva le pasa exactamente igual en su tramo final (valle asimétrico), talud en su margen derecha, acarcavado por numerosos barrancos encajados y margen izquierda en suave rampa con hasta cinco niveles de terraza y una red de barrancos de fondo plano (vales).

Como colofón nos encaminamos por la margen derecha del Canal Imperial y ya cerca de los Ojos del Canal vemos un gran conglomerado muy cementado   que parece ser un gran depósito de glacis y entrando en el Cno Fuente de la Junquera vemos un hundimiento de los aluviones con piedras subverticales posiblemente por colapso de evaporitas infrayacentes.

Como curiosidad en un abanico aluvial se encuentra situado el Colegio de los Marianistas, el barranco que depositó estos materiales está cortado por el Canal Imperial de Aragón por lo que el cono de deyección está inactivo.