21-10-2018
Mapa del recorrido
Montalbán (Teruel) es una bella población de antiguo origen, que cuenta en la actualidad con algo más de 1.300 habitantes, la mitad de la población que llegó a tener en los años sesenta, debido al declive de la minería. Se encuentra situada a orillas del río Martín, en la comarca de las Cuencas Mineras, siendo su capital histórico-cultural y la administrativa es Utrillas.
Además de su indudable atractivo artístico e histórico, el entorno de Montalbán tiene un gran interés geológico, por lo que, en esta ocasión fue el lugar elegido para la realización de una más de nuestras excursiones.
Formábamos un grupo de 20 compañeros dispuestos a estudiar diversas formaciones jurásicas y cretácicas de la zona. Hace un año, realizamos una excursión a Peñarroyas, pedanía de Montalbán, para estudiar el Carbonífero y el Triásico. Nos dirigimos allí en autobús, a pesar de que dos días antes la gota fría, que había atravesado la península, provocó abundantes lluvias e inundaciones y no sabíamos como íbamos a encontrar los terrenos por los que transcurría la excursión.
1º.- Carreteras A-221 y A-222. Entre Belchite y Montalbán
Circulando por la carretera, lo primero que llamó nuestra atención fueros los altos taludes de estratos de yesos miocénicos, a veces muy masivos y extensos, de vez en cuando interrumpidos por depósitos lutíticos que corresponden a rellenos de dolinas producidas por el colapso de los yesos, bien por disolución de los mismos o de los materiales sobre los que se asientan.
Los estratos de los yesos suelen estar deformados por disolución, recristalización, hidratación… pero en general nada tienen que ver estas estructuras con la tectónica.
Al avanzar, fuimos viendo estratos de yesos delgados intercalados de gruesos estratos de lutitas, que parecen sucederse rítmicamente, quizás su origen esté en cambios climáticos, pues estos yesos se originaron en periodos muy secos en lagos evaporíticos y las lutitas aquí son de épocas más húmedas, por lo que podrían ser depósitos de desbordamiento de canales.
Observamos también varios paleorrelieves de calizas jurásicas que pertenecen a terrenos aislados de la Ibérica que fueron enterrados por materiales más modernos. Hoy los vemos gracias a la acción de la erosión que los ha exhumado, en la actualidad buena parte de ellos están siendo destruidos por canteras de extracción de caliza, ¿No sería ya el momento de que la DGA protegiera alguno de ellos como lugar de interés geológico?
Es fácil para la administración ponerse medallas al proteger lugares que no tienen detrás ningún interés financiero, pero ¡ay! cuando nos tropezamos con la economía, “amigo Sancho”.
Al llegar a Belchite tomamos la carretera A-222, dirección a la N-211, y Juan Pablo con el mapa geológico en mano (1:200.000, Daroca) nos fue comentando los tramos más relevantes por los que íbamos pasando. Observamos en el camino que, conforme nos alejábamos del centro de la depresión, los yesos eran cada vez más escasos e iban siendo sustituidos por lutitas, conglomerados, calizas y margas del Mioceno. Estos terrenos los fuimos atravesando hasta Lécera. En este trecho también percibimos unos depósitos de terraza del río Aguas Vivas.
Pasando la población, entre los km 35 al 37, vimos a nuestra derecha un paleorelieve de calizas jurásicas adosadas a su flanco sur, corresponden a unos terrenos de transición entre el Mioceno y Oligoceno. Continuamos por estos monótonos terrenos miocenos varios km más.
Entre los km 46 al 60, nos rodean constantemente cerros del Jurásico Superior compuestos de calizas y margas, entre ellos se sitúa Ventas de Muniesa.
Seguimos, de nuevo, por terrenos miocénicos que abarcan hasta el km 68, están compuestos por margas y yesos y sobre ellos se ubica Muniesa. A partir de aquí todo se complica, pues hasta el km 71 van apareciendo consecutivamente materiales del Jurásico, Cretácico y Mioceno y desde aquí y hasta el km 73, nos encontramos, de nuevo, con el Cretácico Inferior, donde sobre un altozano está situada la población de Cortes de Aragón, concretamente sobre la Formación Calizas de Alacón.
Al ir avanzando la niebla se fue haciendo cada vez más densa, nos adentramos, de nuevo, en un corto tramo (2 km) correspondiente al Jurásico y a continuación en las areniscas rojas del Bunt (4 km), a las que sigue un estrecha franja de sedimentos carbonatados del Muschelkalk, junto al pueblo de Hoz de la Vieja, en las que se puede contemplar un espectacular sinclinal tumbado cuyo núcleo esta compuesto por lutitas del Keuper.
Nada más pasado el pueblo vimos como aparecían las pizarras y areniscas oscuras del Carbonífero que se extienden más o menos unos 6 km en la subida a un puerto. Dentro de ellas a veces, se veían intercaladas algunas manifestaciones subvolcánicas, posiblemente del Pérmico.
Seguidamente apareció un estrecho tramo de terrenos mesozoicos y a continuación en la bajada del puerto vimos, durante unos 4 km, las arcillas y margas rojizas del Oligoceno (T4).
Por fin llegamos al cruce con la N-211, que se asienta en terrenos aluviales del río Martín y al poco llegamos a Montalbán.
2º.- Montalbán: La depresión, el anticlinal y el cabalgamiento de Utrillas
Montalbán se encuentra en una cuenca muy estrecha debido a dos grandes accidentes tectónicos: el anticlinal de Montalbán, del que vemos su flanco sur y el cabalgamiento de Utrillas, que corresponde al cierre sur de la depresión Calatayud-Montalbán.
En esta ocasión, la niebla que ya habíamos visto durante buena parte del camino, era bastante densa, lo que nos dificultó la visión del cabalgamiento, situado en el flanco sur del anticlinal de Montalbán, que Juan Pablo nos explicó desde el Alto del Castillo, situado junto a la iglesia del pueblo.
En primer lugar las capas horizontales de los estratos sufrieron una compresión debida a la orogenia Alpina, que provocó que el carbonífero montara, con un ángulo muy bajo, sobre el Bunt y Muschelkalk.
Al continuar los esfuerzos tectónicos todos estos estratos se verticalizaron a la vez que iban siendo atacados por la erosión y sus materiales, conglomerados y areniscas, que se fueron depositando a sus pies formando un abanico de capas, al principio verticales y después el ángulo de los estratos terciarios va disminuyendo progresivamente hasta casi la horizontalidad, a la vez que se minimiza la intensidad del fenómeno geológico que los originó. La compresión debió de ser en el Oligoceno Inferior ya que es la edad de los materiales afectados.
Situados en la parte posterior de la iglesia y mirando en dirección norte, vimos todo lo comentado anteriormente por Juan Pablo; de derecha a izquierda una serie invertida formada por el Carbonífero (oscuro), el Bunt (rojizo), el Muschelkalk (blanquecino), de nuevo se repite la serie (también invertida) debido a un cabalgamiento: Carbonífero sobre el Bunt, el Muschelkalk y el Keuper. La estructura es por tanto muy complicada pues aparece el carbonífero cabalgando sobre el triásico pero con posterioridad se repliega todo (incluido el plano de cabalgamiento) hasta invertirse. Por último distinguimos los materiales del Cenozoico, con sus estratos formando un abanico de capas; esta denominación geológica se definió precisamente aquí en el año 1960. La idea era verlas con más detalles por la tarde pero el día se complicó y no tuvimos la ocasión.
En este mismo lugar, Juan Pablo nos mostró, en un talud próximo, unos estratos verticales de yesos y lutitas rojas, muy estéticos, correspondientes a la Facies Keuper y por encima de los mismos unas capas muy bien estratificadas, en ángulo de 90º, que corresponden a la Formación Dolomías de Imón y unas dolomías masivas que pertenecen a la Fm Cortes de Tajuña.
Después nos dirigimos al río Martín para recorrer uno de sus afluentes, el río Ancho o Palomar, con la finalidad de ver su geología. Estábamos enterados por los medios de comunicación que entre el miércoles y jueves había caído una lluvia acumulada de 150 litros por m2, batiendo todos los registros históricos, nos temimos que no pudiéramos llegar a nuestro objetivo y nos encaminamos por la ribera del Martín, toda embarrada, hasta alcanzar el río Ancho.
Caminando por una vereda en la margen derecha del río nos encontramos primero una pequeña muestra del flysh del Carbonífero con los estratos muy replegados y justo antes de entrar al barranco vimos una magnifica muestra de la Facies Keuper; Juan Pablo nos comentó sus características, a la derecha se encontraba una zona gris formada por yesos versicolores y a la izquierda unas arcillas rojas e intercaladas unas venas de yesos blancos, los estratos están algo invertidos, con lo que el material más viejo se apoya en el más nuevo, lo cual será una constante en las formaciones de calizas y dolomías que íbamos a ver durante todo el recorrido del día.
3º.- Río Ancho
Dos miembros del grupo estuvieron aquí en agosto para preparar la excursión y ver las condiciones del terreno; comprobaron que el ayuntamiento de esta población había habilitado en mayo la ruta que queríamos hacer (PR 99Teruel) y se encontraba en muy buenas condiciones.
Pero en el momento de la excursión, el paisaje era desolador, varios bancos y mesas arrancadas, la pasarela que permitía pasar hacia Peñarroyas, desaparecida, así como varias pasarelas que había aguas arriba.
Pero a nosotros no nos arredran las dificultades y nos “metimos en harina”, lo primero que nos enseñó Juan Pablo fue la Formación Dolomías tableadas de Imón, compuesta por dolomías y calizas, muy bien estratificadas, originadas en un mar poco profundo del final del Triásico. Debido a que la serie está invertida, debajo de esta formación aparece otra más moderna, la Fm. Carniolas Cortes de Tajuña, que son dolomías masivas, oquerosas y brechoides, en su origen debieron tener yesos que posteriormente se disolvieron con lo que su estructura colapsó; se formaron en lagunas costeras, su base parece que está en el Triásico final, aunque son mayoritariamente del Jurásico Inferior.
Seguimos avanzando y llegamos a una zona en la que la pasarela que facilitaba el paso, había sido arrancada por la riada. No se podía pasar y tuvimos que tomar una alternativa, utilizar el antiguo sendero que transcurría por encima del cauce del barranco que bajaba muy bravo, estando sus orillas impracticables, tuvimos que pasar, de uno en uno, por el estrecho borde embarrado y muy resbaladizo de una acequia situada junto a la roca, por lo que este tramo nos hizo pasar algún que otro apuro.
Salvado este tramo, bajamos de nuevo a la orilla y allí vimos la Formación Calizas y dolomías tableadas de Cuevas Labradas, compuesta por calizas bien estratificadas en estratos planos de un metro de potencia; en un estrechamiento del río, desde las únicas pasarelas que quedaban, en no muy buenas condiciones, vimos una pequeña superficie de oolitos, característica de esta formación y, justo adosada a ella, se encuentra la Fm Calizas nodulosas del Río Palomar; comprobamos que sus estratos eran de potencia decimétrica y sus superficies alabeadas, debido a que proceden de barros que se depositaron en fondos marinos. Ambas formaciones se originaron en zonas costeras someras aunque la segunda, a la vez que se formaba, el nivel del mar iba cambiando con rapidez y era agitado ocasionalmente por grandes tormentas.
Continuamos unos metros más y vimos con gran fastidio que la plataforma fundamental para hacer el recorrido completo del barranco había desaparecido bajo el agua. Decidimos salvar este tramo inaccesible ascendiendo para llegar a una pista que se encuentra en el alto del monte, 200 metros por encima de nosotros y que lleva al cerro donde se encuentran las antenas de TV, ¡mala idea!
Iniciamos la subida campo a través, no había ningún sendero y la vegetación de monte bajo dificultaba mucho la ascensión. En los primeros metros avanzamos por la Fm. Margas de Cerro del Pez, compuesta por margas, con algún estrato calizo, que se distinguía muy mal al estar muy erosionada y cubierta por restos sedimentarios, pinos y espinos. Después atravesamos, a la izquierda, una barra rocosa de más o menos dos metros de espesor con varios estratos irregulares de duras calizas, se trataba de la Fm. Calizas bioclásticas de Barahona, que da al paisaje un típico aspecto de muralla defensiva y cuyos fósiles suelen estar rotos. Ambas formaciones se dan en ambientes marinos abiertos poco profundos, cerca de la costa; en la primera se formó en una zona marina de baja energía, en la segunda el mar sería bastante agitado.
Luego empezamos lo peor de la “costarra”, la pendiente era cada vez más escarpada y el terreno abarrancado, con roca descompuesta, dábamos dos pasos adelante y uno hacia atrás, menos mal que el terreno estaba húmedo lo que lo hacía algo menos peligroso, era la Formación Margas de Turmiel, apenas había rocas enteras, era muy fosilífero, en los pequeños descansos para recuperar las fuerzas, vimos belemnites, rynchonellas, terebrátulas, ammonites. El origen de estas margas está en mares un poco más profundos que las formaciones anteriores y en esta zona representa el final del Jurásico Inferior.
Fuimos llegando poco a poco a la pista, sudando y con pocas fuerzas; hicimos un alto para comer y ya descansados contemplamos desde allí la montaña de enfrente, la Loma de la Cuna, en la que se veían todas las formaciones jurásicas que habíamos visto por la mañana, las cuatro primeras, al ser de consistencia dura destacaban muy bien en el paisaje, sin embargo de las tres últimas, dos había que adivinarlas porque debido a su naturaleza margosa (Cerro del Pez y Turmiel) están muy erosionadas y forman sendas depresiones cubiertas de pinos, en algunos tramos están separadas por las crestas de la Fm Barahona.
Reunimos los fósiles, que subiendo habíamos cogido en la última formación y Juan Pablo nos fue dando amplia información sobre ellos. Comentó que uno de los ejemplares de ammonites pertenecía a la especie Hildoceras bifrons que es exclusiva del Toarciense, lo que permite datar la formación Turmiel, lo que confirmaba que habíamos estado sobre ella.
Continuando por la pista hasta llegar muy cerca del puente que hay en la antigua carretera sobre el río Ancho, descendimos hasta su cauce, y lo recorrimos aguas abajo y después de recorrer el lodazal en el que se había transformado el camino, llegamos a una zona en la que aparece el Cretácico Inferior, entre las formaciones que hemos visto por la mañana y estos terrenos hay una laguna sedimentaria de unos cincuenta millones de años.
Los primeros estratos que vimos pertenecían a la Formación Oliete que forman crestas compuestas de margas y calizas, éstas en resalte a veces tan fosilíferas que era una roca lumaquélica, se formó estaría en una zona de mar somero y protegido de las mareas.
Después remontamos unos pocos metros por un barranco lateral y nos encontramos con la escombrera de una pequeña explotación minera de carbón. Vimos en su superficie bastantes cristales de yeso y Juan Pablo nos explicó que eran de neoformación. La pirita (FeS2) que se encuentra en el carbón reacciona con el agua y se transforma en sulfato de hierro (FeSO4) el cual al entrar en contacto con la caliza (CO3Ca) forma yeso (SO4Ca·2H2O) y siderita (FeCO3). Ésta última, por oxidación, produce unas masas amarillentas de limonita que también observamos. Estas transformaciones químicas se aceleran naturalmente con el aumento de la humedad y la temperatura.
El terreno que estábamos pisando correspondía a la Fm. Lignitos de Escucha en la que se encuentran las minas de carbón de las Cuencas Mineras turolenses, son terrenos de color negruzco, por la gran cantidad de materia orgánica que poseen, que está mezclada con areniscas y arcillas, margas y calizas…
Esta formación tiene cuatro tramos: el primero es de carbonatos producidos un una zona litoral y apenas comunicado con el mar, de tipo albufera, un segundo tramo en el que los sedimentos continentales van avanzado sobre el mar, siendo éste muy somero, con canales y llanuras mareales, llanuras costeras, deltas, marismas, manglares… en los que se depositan y entierran inmensas cantidades de residuos vegetales que darán lugar a los yacimientos ligníferos.
El tercer intervalo está compuesto por lutitas con niveles de arcillas carbonosas y carbonatos, se produjo en ambientes marinos poco energéticos en los que el mar estaba en retirada. Por encima de este tramo hay una superficie erosiva a nivel regional que separa todos los sedimentos marinos de esta formación, incluido el carbón, de otros materiales continentales, mayoritariamente arenosos, depositados después.
Sobre ella aparece el cuarto depósito de la formación con areniscas y lutitas, se originaron en un desierto arenoso, próximo a zonas costeras que fue evolucionando desde la aridez máxima, con dunas eólicas, a ambientes algo menos extremos sobretodo por las transgresiones marinas que sucesivamente dieron lugar a marismas y saladares con entrada esporádica de agua de mar, en donde se desarrollaría la vida vegetal, deviniendo finalmente a un ambiente seco costero-evaporítico de playa-lake.
Continuamos el recorrido y sobre la Fm Escucha encontramos la Formación Arenas de Utrillas, con ella termina el Cretácico Inferior y es una de las más extensas de la península. Esta formación comienza con la expansión de un segundo desierto arenoso, cuando las dunas eólicas cubrieron las arcillas coloreadas originadas en la playa-lake de la formación anterior. Entre los sedimentos no eólicos y los eólicos está el limite entre estas dos últimas formaciones, el desierto tuvo una evolución semejante al de la Fm Escucha, siendo, en algunos lugares, muy característica en su parte superior, debido a la existencia de carbones producidos en marismas, pero no son rentables por su baja calidad. Acaba con una trasgresión marina que dará lugar a las margas y calizas de la Formación Mosqueruela que indica el inicio del Cretácico Superior.
Durante el Jurásico y principios del Cretácico, el clima fue generalmente tropical para después pasar a ser un clima árido, originado por una tectónica distensiva muy dilatada en el tiempo. Esto produjo un cambio climático regional con entrada de vientos secos y como consecuencia se formó un desierto. Estos cambios afectaron a buena parte de la Península Ibérica,
A la vez tuvo lugar un enfriamiento a nivel mundial y como consecuencia del mismo el nivel del mar descendió.
Posteriormente, este desierto fue evolucionando, pasando sucesivamente por diversas etapas de expansión y retracción, según le afectaran vientos más secos o más húmedos y a la vez las múltiples transgresiones y regresiones marinas.
Este fue el primer desierto cretácico de Europa, de ahí su importancia
Luego volvimos sobre nuestros pasos y nos acercamos a la antigua carretera, en el camino Juan Pablo nos señaló unos conglomerados del Oligoceno (Unidad T3), sus estratos están verticales y les ha afectado la erosión creando formaciones de tipo mallo.
En el puente que se encuentra sobre el río Ancho, en un tramo abandonado de la N-221, nos llamó la atención un gran paredón de un material muy distinto y mucho más elevado que todos lo que lo rodeaban. Juan Pablo nos aclaró que en el Cenozoico la cordillera ibérica estaba siendo erosionada y los sedimentos se depositaban a sus pies. En un momento determinado se desprendió un enorme bloque de calizas cretácicas a causa de un terremoto, deslizándose por gravedad y asentándose sobre los sedimentos anteriores; después, al continuar el desmantelamiento de los relieves, nuevos materiales sedimentarios lo fueron cubriendo.
Posteriormente, las fuerzas de la tectónica de la Orogenia Alpina, plegaron todo este conjunto poniéndolo vertical; a continuación empezó el desgaste del nuevo relieve y el ataque al ser más efectivo sobre los materiales más blandos del terciario (conglomerados de la Unidad T3) fueron arrastrados; y al ser más resistentes los componentes calizos, dieron como resultado lo que ahora vemos como una gran cresta llamada la “Lengua del Vago”.
Al bloque de materiales consolidados que por gravedad se integran en sedimentos más modernos se le denomina, desde el punto de vista geológico como olistolito.
Por último nos desplazamos hacia la carretera nueva, allí vimos un gran talud formado por las arenas y areniscas abigarradas de la Fm Utrillas, destacando en su parte superior un estrato de carbón; por encima de él se observaban unas calizas que pudieran ser de la Fm Mosqueruela.
En este punto nos recogió el autobús dando así por finalizada la excursión. Fue un día para recordar, tanto por todas las interesantes formas geológicas que habíamos visto como por todas las vicisitudes que tuvimos que salvar como consecuencia de las abundantes lluvias, que unos días antes, dejaron aquí amplia huella de su paso por esta zona.