GEOLOGÍA: PEÑARROYAS (Montalbán/Teruel)

30-09-2017

FOTOS AL FINAL DEL TEXTO

Quince miembros del grupo de Geología de Ansar salimos de Zaragoza para realizar una nueva excursión a la zona de Montalbán, con el fin de visitar el final del Paleozoico y el principio del Mesozoico, concretamente los periodos Carbonífero y Triásico (Facies Buntsandstein y Muschelkalk).  Como siempre, Juan Pablo Castro nos fue dando las explicaciones claras y concisas correspondientes al terreno donde nos encontrábamos. Estábamos en el Anticlinal de Montalbán, que es la estructura dominante de esta zona, su núcleo lo encontraríamos en los terrenos carboníferos en la primera parada y parte inicial de la segunda y su flanco nororiental lo constituyen las formaciones triásicas que veríamos al final de la excursión, estábamos situados en la Rama Aragonesa de la Cordillera Ibérica.

El Paleozoico (Carbonífero) de esta zona correspondería a la Zona Cantábrica del Macizo Ibérico y concretamente a la Unidad geotéctonica de Herrera.

1ª parada.- Carretera de Montalbán a Peñarroyas

Caminando con cuidado por el arcén de la carretera vimos en su margen los materiales que forman el Carbonífero en esta localización; se trata de un flysch de areniscas y pizarras bastante monótonas (facies Culm) depositadas en un mar profundo por corrientes de turbidez (turbiditas) debido a terremotos, deslizamientos, colapsos… al caer por el talud continental. Sus materiales fueron seleccionados por la gravedad, lo primero que llegó al fondo, en cuestión de horas, son los fragmentos de tamaño arena y más tarde las lutitas, más livianas, que pueden tardar en asentarse varios días o incluso semanas. Repetido una y otra vez este fenómeno a lo largo de millones de años y por compactación a consecuencia del enterramiento y a la compresión (metamorfismo de grado bajo) de la orogenia Varisca o Hercínica (esta última debida a que en este periodo se está formado el supercontinente de Pangea) vemos hoy unos estratos competentes que corresponden a las areniscas y grauwacas y otros más deleznables que formarían las pizarras y constituyen la Formación Peñarroyas del piso Westfaliense (Carbonífero). Entre estos estratos y por encima de la carretera hay varios afloramientos magmáticos de rocas subvolcánicas de carácter ácido del Pérmico, aunque en esta ocasión no los localizamos.

Las estructuras que se ven en esta flysch son fallas con sus correspondientes brechas, pliegues tectónicos de distintos tipos y también se ven elementos no tectónicos como los pliegues “slump”(de gravedad) comunes en las turbiditas producidos por colapso del material debido a la diferencia de densidad entre las areniscas y lutitas generalmente al empaparse de agua; a consecuencia de ello forman estructuras bulbosas que deforman normalmente pequeños volúmenes de los pliegues tectónicos que los contienen.

Los mayores depósitos mundiales de carbón se crearon en esta época a la que corresponden las cuencas mineras asturianas, leonesas, palentinas, sin embargo en Aragón en el Carbonífero de la Cordillera Ibérica no hay carbón, si lo hay  en el Pirineo del Estefaniense (Carbonífero final)  y son antracitas que se encuentran en Sallent de Gállego (Campo de Troya), Bisaurri, Castejón de Sos y Laspaúles y además los lignitos del Cretácico Inferior (Formación Escucha) en las Cuencas Mineras de Teruel más  los del Terciario (Oligoceno-Mioceno, Formación Mequinenza) en Mequinenza, Fraga…

2ª Parada.- Aparcamiento de Peñarroyas

Carbonífero

Bajamos de los coches y nos encontramos con un Carbonífero que es más caótico y variado que en la parada anterior; aquí va desde tramos con estratos centimétricos, en los que apenas se ve su estructura, hasta otros con potencias casi métricas. Muy cerca de la entrada del pueblo se vio una sección con estratos inclinados que nos recuerdan el flysch de Zumaia, de origen semejante, aunque su edad y composición sea absolutamente distinta.

Juan Pablo nos comentó que en la Ibérica de Aragón los dos únicos afloramientos del Carbonífero son los de Montalbán y el paleorelieve del Puig Moreno en Alcañíz.

Ya pasado el pueblo y en una zona de corrales derruidos, nuestro geólogo nos enseñó un pliegue anticlinal decimétrico, y en su parte superior, al estar desventrado, se podían ver varios estratos serpenteantes y algo verticalizados que lo forman, así como su charnela que estaba en posición tumbada.

Continuamos caminando y vimos una falla normal de pequeño salto que indica que la fuerza que la creo era de extensión, Juan Pablo con dos piezas de poliespan nos hizo entender perfectamente lo que es una falla, sus tipos y las fuerzas que las originan.

Nos acercamos al limite entre el Carbonífero (Paleozoico) y el Buntsandstein (Mesozoico, Triásico), vimos que en el contacto hay una ligera discordancia angular entre los estratos de las dos formaciones, las diferencias son muy notables: la inferior de color pardo grisáceo y replegada y la superior rojiza y masiva; hay que tener en cuenta que los terrenos carboníferos han sufrido dos orogenias, la primera (Varisca) ya comentada, en la cual todos estos terrenos se elevaron del mar y se replegaron y la segunda, en el Mesozoico-Cenozoico, la Alpina.

A partir del Triásico la única orogenia que ha habido en la Tierra es la Alpina.

 Entre estos dos materiales hay una gran laguna estratigráfica de más de setenta millones de años en la que faltan el final del Carbonífero, todo el Pérmico y posiblemente el inicio del Triásico. Una de las causas posibles es que en el Carbonífero, después de la orogenia Varisca, comenzaron las fuerzas de distensión, por lo que se produjeron bloques hundidos, dando lugar a cuencas sedimentarias, y bloques levantados que serían los relieves a erosionar y son los exportadores de materiales que fueron rellenando dichas cuencas. Esto es lo que parece haber pasado en esta zona, con lo que quizás quedaría aclarada, la antedicha laguna estratigráfica.

Facies Buntsandstein

Nos centramos en los materiales de la Facies Buntsandstein todos ellos continentales, el primer tramo se originó en un ambiente de corrientes fluviales y abanicos aluviales. Está formado por areniscas masivas bien cementadas; en su parte inferior hay un conglomerado de unos decímetros, compuesto por cantos cuarcíticos de 1-10 cm (B1), pero a partir de aquí desaparecen y todo lo que se ve son bancos monótonos de areniscas rojas de una potencia considerable (B2), que serían equivalentes a la Formación Areniscas del Cañizar de la Ibérica levantina.

En esta zona hay una serie de carteles geológicos muy didácticos de la facies Bunt, que merecen la pena consultar por la información tan completa que nos proporcionan.

Cuando los ríos dejan de transportar piedras y pasan a trasladar únicamente arena, se deduce que su energía ha disminuido; una de las causas del cambio del material arrastrado podría ser que los relieves de donde venían los sedimentos estaban siendo desgastados por la erosión y al disminuir su pendiente los ríos tenían menor capacidad de carga y por lo tanto los elementos que llevarían serían cada vez más ligeros, pero también podría ser explicado por un cambio climático entre otras causas.

Vimos  en el Bunt varios tipos de estructuras sedimentarias como laminaciones cruzadas y paralelas, también ripples y Juan Pablo nos enseñó como distinguir la dirección de la corriente que los originó, más adelante encontramos una grieta de desecación (el molde), además de elementos tectónicos como varias fallas normales así como un espejo de falla en el que se notaba perfectamente las estrías de arrastre, por las que se puede deducir el sentido de los bloques, y elementos geomorfológicos muy característicos de las areniscas como alvéolos, estructura en panal de abeja, tafonis, cuyo origen son fenómenos de humectación-sequedad, hielo-deshielo y sobre todo cristalización y disolución de sales.

Seguimos avanzando bajo un paredón de areniscas hasta un mirador desde que había una vista magnífica del paisaje geológico que nos rodeaba: abajo, el cañón del río Martin en el Bunt, enfrente de nosotros, en el Cabezo Caña las Cruces, la Facies Keuper, muy colorista sobre todo en una curva del río, por encima de él las calizas del Jurásico y a nuestra izquierda, destacadas, las dolomías en facies Muschelkalk.

Después avanzamos por un camino hacia la izquierda, pisando todavía el Bunt, y pudimos comprobar que el sustrato había cambiado, ahora era un material suelto compuesto por lutitas y arenas (B3)  de unas decenas de metros, que corresponderían a una llanura de inundación, aunque aún se puede ver de vez en cuando estratos de areniscas compactas, con lo que en este último tramo las condiciones ambientales serían cambiantes, tan pronto sería una vega fluvial (lutítico), como el cauce de un río (areniscoso), producidos por cursos fluviales divagantes; posiblemente el último tramo ya sería de un ambiente transicional.

Facies Muschelkalk

Nos encontramos con las dolomías de la facies Muschelkalk de color blanquecino, que indican una transgresión marina, en esta parte de la Ibérica la facies se divide en tres tramos: dos dolomíticos (M1, M3) y un tramo intermedio de margas, lutitas y yesos (M2), en esta excursión sólo pisamos la M1 y M2.

En las sierras prepirenaicas aragonesas, por lo menos desde Guara hasta las de Sto Domingo y Salinas, el Muschelkalk que aparece es el M2 y M3, faltándoles el M1.

La facies M1, que se depositó en un ambiente de plataforma marina somera, empieza con un pequeño tramo margoso, pero pasa rápidamente a las dolomías blancas con estratos muy potentes.  En algunos puede verse laminación algal, y en la zona superior observamos diversas marcas de bioturbación, sobre todo galerías, y zonas oquerosas, este tramo podría asemejarse a la Formación Dolomías de Landete de la Sierra de Gúdar, aunque aquí, en Peñarroyas, el M1 tiene mayor potencia.

Seguimos por el camino y vimos que tanto los estratos del Bunt como los del Muschelkalk buzan entre 20º y 30º hacía el NE, nos íbamos aproximando al segundo tramo del Triásico Medio (M2) en el que se produjo una regresión marina. Lo adivinábamos ya desde lejos pues se veía un terreno suelto rojizo-blanquecino con margas, lutitas y yesos, de estos últimos no teníamos dudas ya que encontrábamos en ellos dos plantas gipsófilas (amantes del yeso) el arbustivo Ononis tridentata en grandes cantidades y algunas matas de Gypsophila struthium hispanica, el ambiente del M2 sería de una albufera en una llanura extensa muy cambiante, a veces lagunas evaporíticas y otras veces  zona intermareal, este  tramo sería  igual al del Keuper tanto en su origen como en su composición.

Desde este lugar si se mira hacia abajo se puede ver el tercer tramo del Munschelkalk (M3), compuesto por unos paredones blanquecinos de naturaleza de nuevo dolomítica, muy competentes pero que ya no visitamos.

Antes de ir a comer fuimos a visitar un supuesto yacimiento paleontológico en el que había huellas de un Arcosaurio (Trichinosuchus) una clase de reptiles ya extintos, parecidos a los cocodrilos, pero con las patas debajo del cuerpo, no a los lados. Para llegar hasta el lugar hay una bajada por el Bunt con unas vistas impresionantes del barranco del río Martín y por ello merece la pena el desvió, pero las huellas son una decepción, es una plancha de cemento en la que se han recreado unas huellas “artísticas”, nada que ver con la realidad, la plancha original se la llevaron paleontólogos de la universidad de Zaragoza, ¡un aplauso por el esfuerzo (las llevaron a pulso hasta Peñarroyas) y por encontrarlas!, pero lo más lógico hubiera sido recrearlas tal como eran.  Gracias a Juan Ángel Benito y a Juan Pablo Castro que las buscaron en Internet y en libros sabemos que están depositadas en Dinópolis, que las huellas son muy borrosas y poco reconocibles, a pesar de lo cual hay que decir que los fósiles en el Bunt son muy raros debido a que las corrientes de los ríos arrastraban y pulverizaban cualquier resto, de ahí su importancia.

Pozos Boyetes (en el Bunt)

Volvimos sobre nuestros pasos hasta Peñarroyas y desde allí tomamos un camino que transcurre por la margen izquierda del río Martín, por encima de huertos y edificaciones derruidas, pasamos las eras de piedra del Bunt, donde vimos en algunas de ellas ripples y en otras areniscas con micas. Después nos entusiasmamos al encontrar un supuesto ripples de gran tamaño, pero Juan Pablo nos aclaró que en realidad era un “anillo de Liesegang” es decir una precipitación química concéntrica de minerales de hierro en las rocas.

Por el camino hacia los Pozos Boyetes, vimos de nuevo alveolos y tafonis, en uno de estos Juan Carlos Troya nos indicó el posible nido de un Colirrojo Tizón y también el nido de una avispa alfarera, más adelante, justo cuando nos estábamos acercando al objetivo, nos encontramos una nueva sorpresa: un yacimiento de la edad de bronce con 9 figuras esquemáticas grabadas en la roca, muy poco visibles, pero gracias a un cartel pudimos menos que más intuirlas. El yacimiento se encuentra al lado del camino en una losa inclinada y protegida por una valla metálica.

Al entrar en los Pozos Boyetes, que es el cañón del río Martín atravesando unos magníficos paredones del Bunt, vimos varias grietas verticales sin movimiento de los bloques, que se denominan diaclasas que se forman por descompresión del material o bien por procesos extensivos del terreno. Seguimos avanzando por esta maravilla natural y en la ribera Juan Pablo nos enseñó una gnama, erosión formada por el agua en una superficie horizontal de una roca competente en forma de cuenco. Hasta ese momento, todos los procesos erosivos en las areniscas los habíamos visto en superficies verticales, además nos mostró un grupo de fallas normales, una de ellas “de libro” ya que gracias a sus estratos bien marcados pudimos concluir que el bloque de la derecha había sido el que había bajado. También encontramos otro magnifico ejemplo de los “anillos de Liesegang”, en el que las venas de hierro concéntricas estaban en resalte sobre los “valles” que son las areniscas, debido a la mayor competencia de las primeras.

Finalmente llegamos al pueblo, que está muy bien restaurado y merece una visita para explorar sus rincones, luego nos desplazamos hasta Montalbán donde como siempre nos tomamos una bebida, esta vez en el bar de las piscinas y luego cada mochuelo a su olivo.

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