GEOLOGÍA. La morrena de Senegüé y el plutón de Panticosa

16-09-2018

 

En esta ocasión el objetivo del día es el reconocimiento de los depósitos glaciales del Gállego así como el origen y estructura del plutón de Panticosa, guiados como siempre por nuestro geólogo de cabecera Juan Pablo Castro. Por primera vez nos desplazamos en bus, dado el elevado número de componentes del grupo.

 1ª Parada.- Senegüé

Nos dirigimos hacia su morrena situada a las afueras de la población, tiene forma de media luna, muy bien conservada, es el resto de la morrena terminal del último glaciar que unos miles de años atrás cubría lo que hoy es el valle del río del Gállego.

Esta morrena pertenece a la fase de Senegüé de hace unos 35 000 años. Al depositarse retuvo las aguas de fusión del glaciar, formándose un lago, el de Biescas-Senegüé, que tuvo un relleno de depósitos lacustres de casi 100 metros en la zona de Oliván. Con el tiempo, la erosión del agua rompió el cordón morrénico liberándose así las aguas.

Al sur de la morrena, hay varias colinas de origen fluvio-glaciar (f-g, materiales arrastrados por aguas de deglaciación procedentes de un glaciar), allí se determinó la edad del conjunto que componen los restos actuales de la fase Senegüé. Pertenece a la Glaciación Würm.

Si miramos hacia el Norte veremos el amplio valle en artesa, excavado por el hielo en los materiales blandos de las margas de Arguis, retrabajado posteriormente por el río Gállego.

Un poco más allá se empieza a hacer más estrecho el valle, vemos los montes de formas redondeadas compuestos por el flysch Eoceno. Se divisa en primer término, a la derecha, el monte Oturia, de este mismo material y época (turbiditas marinas del Grupo Hecho), que nos muestra su famoso cabalgamiento sobre los conglomerados de Santa Orosia, estos correspondientes a la Fm Campodarbe (Oligoceno), originados en un ambiente continental, mucho más jóvenes que el flysch.

Al fondo se ven unas montañas de aspecto alpino, las sierras de Telera y Tendeñera… compuestas de calizas cretácicas y cenozoicas, allí el valle forma una garganta debido a que los materiales son mucho más duros.

Si miramos hacia el sur veremos de nuevo el extenso valle fluvio-glacial, y la población de Sabiñánigo. Allí hay otros restos glaciares más antiguos que los de Senegüé, pero hoy no nos acercaremos allí. Uno de ellos corresponde a la Fase Aurín que parece que podría dividirse en dos periodos, el más moderno de hace casi 70.000 años, coincidiendo con la máxima extensión de los hielos en los Pirineos y otro de hace unos 85.000 años. Los materiales forman una morrena terminal muy erosionada, algunos cordones de morrenas laterales y diversos depósitos f-g. Pertenece a la Glaciación Würrn.

La más antigua de estas fases de la que tenemos pruebas materiales es la Fase Sabiñanigo, de hace unos 150.000 años, sólo quedan restos de rocas aborregadas en los alrededores de la presa y un pequeño depósito fluvio-glaciar a sus pies. Pertenece a la Glaciación Riss.

Hay que indicar que allí hay una terraza con depósitos f-g de forma continua durante más de 20 Km., desde Sabiñánigo hasta Hostal de Ipiés.

Ésta zona posee uno de los conjuntos de depósitos glaciales más importantes de la Península, junto con los del valle de Canfranc y la Cerdaña.

Después, nos acercamos al museo del glaciarismo de Senegüé, que estaba cerrado, en su exterior hay unos “bolos” muy grandes de rocas que arrastró el glaciar. En un cartel se explica el origen geológico y geográfico de estos peñascos. Es muy recomendable su visita, lástima que la información que posee no se haya plasmado en una publicación.

Continuamos viaje dejando atrás a Senegüé y conforme avanzamos por la carretera llegamos a la zona de los montes del flysch y Juan Pablo nos va explicando sus características desde el bus. Comenta que al ser un material inestable se erosiona con mucha facilidad produciendo grandes cantidades de derrubios, que sumados a los depósitos dejados por el glaciar en estas zonas y a las grandes pendientes, hace que los abanicos aluviales de los barrancos laterales, sean inmensos, muy peligrosos y todavía funcionales en las tormentas, como por ejemplo los de Arás, Oliván, Escuer, Sía… También se observaban en las laderas acarcavamientos y grandes desprendimientos masivos, en los lugares donde desaparece el bosque se pueden ver muy bien desde la carretera en varias localizaciones, sobre todo en los alrededores de Arguisal.

Al ser estos materiales poco resistentes, el glaciar penetró en los valles laterales del flysch subiendo por ellos en varios periodos, creando cada uno su correspondiente cordón de morrenas al retirarse los hielos.  En Sía hay cinco de ellos, en Escuer tres, en Olivan otros tres. En Arás hay dos cordones morrénicos, cada uno formó un lago, uno en Aso y otro en Yosa.

También el hielo entró en Gavín, Asieso y Barbenuta y en la zona de Lárrede la lengua lateral se introdujo más de 800 metros.

En el máximo glaciar del Würrn en el Pirineo, el espesor de hielo alcanzó los 600 metros en el valle de Tena, 400 m en Santa Elena y 300 m en la Ribera de Biescas. Esto se produjo hace unos 60.000 años, lo que contrasta con los máximos glaciares tanto de los Alpes como de Escandinavia allí fue hace unos 20.000 años, en ese momento los glaciares del Pirineo estaban por encima de los 2000 metros, tal vez les afectaba algún fenómeno climático regional de sequía.

2ª Parada.- Santa Elena

Hacemos esta parada para ver varias cosas. En primer lugar la huella que ha dejado el glaciarismo y luego el flysch.

Juan Pablo nos muestra una morrena que está en la cuneta de la carretera y vemos que los componentes del sedimento glaciar están mezclados caóticamente, apenas cohesionados y sin estratificación, lo que los diferencia de una terraza fluvial, en la que los materiales están ordenados e incluso algo cementados.

Desde el puente, observamos la garganta cuyo origen es discutido, hay una teoría que afirma que no la formó el glaciar sino las aguas subglaciares que corrían debajo de él, ya que su posición no coincide con la parte más baja de la artesa, que sería el lugar más lógico para atravesar estas duras calizas cretácicas de las Sierras Interiores. En el cauce del río vemos piedras muy grandes imposibles de transportar por las corrientes fluviales y son otro rastro de materiales transportados por el hielo.

Posteriormente nos dirigimos al otro lado de la vía para contemplar de cerca las turbiditas del flysch, su origen está en los depósitos de sedimentos que se encuentran en los taludes continentales, estos materiales colapsan tanto por gravedad, por las tormentas o por terremotos (frecuentes en aquel tiempo, ya que estaba chocando la placa ibérica con la euroasiática) con lo que se formaban corrientes de turbidez que bajaban por la pendiente de los cañones hacia los fondos marinos. En ellos se depositaban primero los materiales más pesados, las arenas, y luego los más livianos, limos y arcillas, el conjunto de estos dos elementos procedentes de una corriente de turbidez se le denomina turbidita.

Estos estratos tienen aspecto de “hojaldre” pues se intercalan rocas duras, las areniscas, y rocas deleznables, las lutitas; contando el número de parejas de estratos podremos calcular el número de episodios de corrientes de turbidez que contemplamos en el corte.

En el estrato superior de lutitas suele haber marcas de vida, galerías, alimentación, desplazamiento… de los organismos que habitaban en los fondos marinos de estos mares del Eoceno.

A la vez podríamos deducir de cada turbidita si se depósito cerca o lejos de donde se originó, cuando las capas de areniscas sean más gruesas y las de lutitas sean más estrechas nos indicaría que estarían relativamente cerca de su fuente, lógicamente conforme las capas de lutitas sean más anchas y las de areniscas más reducidas, estarían más lejos de su nacimiento y es a consecuencia de que los materiales más ligeros se desplazan a mayor distancia.

Las corrientes de turbidez que se producen actualmente alcanzan velocidades de unos 100 km por hora y se pueden desplazar durante muchos de kilómetros a la vez que arrastran, al alcanzarlos, los dos a tres metros superiores del fondo marino.

Salimos de Santa Elena en dirección al Balneario de Panticosa y Juan Pablo nos va indicando las diferentes formaciones que vamos atravesando, las rocas que forman su garganta son calizas con alveolinas de color blanquecino, según vamos hacia el norte vemos las calizas arenosas de Marboré, de color marrón, y a continuación calizas del Cretácico de color blanquecino que forman un “sándwich”. Nada más pasar las sierras de Telera y Tendeñera y antes de llegar a la población de Búbal, nos encontramos con terrenos del Devónico Inferior y Medio (calizas negras y versicolores, pizarras), que ya no abandonaremos hasta llegar a los granitos que aparecen sobre el km 8 de la carretera de subida hacia el balneario.

 3ª parada.- Balneario de Panticosa

Aquí Juan Pablo nos comenta las características de los granitos del plutón de Panticosa, sus intrusiones de diques y sus aguas termales, así como las diversas morfologías glaciares que vimos en la zona.

Los granitos de Panticosa pertenecen al plutón de Cauterets-Panticosa que tiene más de 250 km2 de extensión. Se divide en el Cauterets Oriental, con 90 km2  e íntegramente en Francia, el Cauterets Occidental con 117 km2, de los cuales 16 km2 se encuentran en Aragón en la zona del Balaitus, Arrieles, Campo Plano, Respomuso… y el de Panticosa con unos 40 km2 prácticamente todo en Aragón. En superficie éste último está situado entre los 1400 m de la ribera del Caldarés hasta algo más de 3000 metros en las cumbres del Garmo Negro y el Argualas.

La edad del emplazamiento del plutón de Panticosa fue establecida en diversas fechas según varios autores, uno afirma que fue afectado por esfuerzos transpesivos destrales cuando se encajó y que se corresponderían con la fase principal de la Orogenia Varisca en el Carbonífero tardío; sin embargo otros autores afirman que surgió por fallas extensionales tardivariscas o posorogénicas en el límite Carbonífero-Pérmico o bien ya en el Pérmico, hace entre 300 y 270 millones de años.

Hay dos teorías sobre el origen, una defiende que sus materiales provienen del manto superior, que era un magma básico y se enriqueció en sílice al fundirse los diversos materiales que atravesaba en su ascenso, la segunda teoría afirma que es una mezcla de dos magmas el básico profundo y un magma ácido cortical.

El encajante está compuesto mayoritariamente por rocas calizas, pizarras arenosas y pizarras del Devónico, formando en este momento una aureola metamórfica que afectó desde unos cientos de metros hasta varios kilómetros a los materiales a su alrededor. En su borde integra masas del encajante, los xenolitos.

El metamorfismo es de grado medio con una temperatura de 650 ºC y una presión de 3.000 bares que transformó las pizarras en corneanas y las calizas en mármoles, que incluso llego a fluidificarlas, como en las “Marmoleras de los Picos del Infierno”.

El plutón de Panticosa tiene una composición constituida por cuatro tipos petrográficos que se distribuyen de forma concencéntrica, aunque algo deformada dextralmente por la orogenia Varisca. Del centro a periferia, los granitoides van de más ácidos a más básicos y son monzogranito, granodiorita clara, granodiorita oscura y en su zona exterior el cuarzo-gabro diorita. Aunque nosotros no fuimos capaces de distinguir las diferencias entre ellos.

Estos granitos están atravesados por numerosos diques básicos, son de dos tipos, el primero lo forman los lamprófidos calcoalcalinos. Estos son minoritarios, de composición de tipo andesítico y se originaron en el Pérmico Inferior, su direcciones es N-S. Los segundos son los lamprófidos alcalinos, los más modernos ya que a veces cortan a los anteriores, de tipo basaltos alcalinos, como los del Anayet, son con mucho los mayoritarios y su dirección principal es E-O, pertenecen al Pérmico Medio. Hay también diques ácidos pero son mucho más raros. La edad de todas estas intrusiones en el granito se estiman producida hace 270-260 millones de años.

Luego nos dirigimos a visitar una de sus fuentes para que Juan Pablo nos explique el origen de las aguas termales del balneario. Lo primero que hay que tener en cuenta es que estas aguas nada tienen que ver con fenómenos magmáticos sino con lo que se denomina gradiente térmico, que nos indica que por cada 100 de profundidad que penetramos en la tierra la temperatura aumenta aproximadamente 3 ºC.

Teniendo en cuenta que el Plutón de Panticosa está atravesado por numerosas fracturas, tanto de origen varisco como alpino, por lo que el agua penetra con facilidad en él, las zonas de recarga son los Ibones, la lluvia, la nieve…, que se adentra hasta los 3000 metros de profundidad donde la temperatura del líquido aumenta hasta los 75-90 ºC.  Al disminuir su densidad por el calor empieza a ascender y el agua va sufriendo un descenso térmico debido al contacto con las rocas que va atravesando, que están cada vez más frías, y encontrarse también con las aguas más frescas que se van filtrando de la superficie.

Debido a todo este proceso, en Panticosa en las zonas de descarga (pozos y fuentes), que se encuentran entre los 1.700 y 1.400 m de altitud, las temperaturas oscilan entre los 42,9 ºC (Pozo de Tiberio, el agua termal con mayor valor térmico en Aragón) y 20,3 ºC. Estas aguas, consideradas medicinales, son alcalinas y con pocos minerales disueltos.

Nos centramos después en las numerosas huellas que los glaciares han dejado en este lugar. El balneario es una cubeta de sobre-excavación, allí confluían varios glaciares y a consecuencia del peso del hielo y las fracturas existentes en el granito, se hundió y rompió y el glaciar fue desalojando el sedimento por transporte, formando una depresión. Al desaparecer el glaciar, en su zona más baja se formó el Ibón de los Baños, en la actualidad represado.

Las paredes de la cubeta están pulidas hasta gran altura, lo que indica el espesor del glaciar, en la superficie del fondo las rocas están aborregadas y con marcas de arrastre ocasionadas por las piedras que iba transportando la base de la masa de hielo.

Por encima de la cubeta de sobre-excavación tenemos un escalón un umbral a sus lados las hombreras, desde allí y mirando hacia la derecha tenemos el valle colgado de Argualas el cual tiene su correspondiente umbral, por donde discurre su cascada, y hombreras.

La alineación de cumbres que vemos desde el Balneario, Garmo Negro, Algas, Aguja de Pondiellos, Argualas forma una línea discontinua de crestas y Horns típicos de los macizos montañosos graníticos por encima del hielo glacial.

Fue un día intenso y muy agradable en el que vimos y aprendimos muchas cosas.

mmmmm

 

  1. Antonio

    Comentarios muy.bien razonados y asequibles a nuestro interés. Gracias Rosa y Oscar. Sería deseable poder guardarlos en algúna carpeta, para de una manera cómoda, consultarlos para reafirmar lo que vamos aprendiendo.