05-02-2017
Con el objetivo de estudiar en el campo las rocas sedimentarias, que días atrás Juan Pablo nos explicó en una amena charla en la asociación, nos dirigimos el domingo 5 de febrero hacia el sur de Zaragoza, concretamente al pantano de Mezalocha.
Las previsiones meteorológicas dejaban todo que desear, la fuerte lluvia de primera hora de la mañana puso en duda nuestra salida en algún momento y se anunciaba un fuerte viento, pero a la hora de partir dejó de llover y el Grupo de Geología, compuesto por 20 socios, tomó rumbo a Muel.
Primera parada:

A las afueras de Muel en la zona sur de la población, Juan Pablo nos dio las primeras explicaciones, sobre un paleorrelieve de calizas con oncolitos de la Formación Higueruelas, pertenecientes al Jurásico.
Esta formación fue cubierta en el Aragoniense por sedimentos compuestos por conglomerados, lutitas rojas y calizas, que posteriormente fueron arrasadas por la erosión dejando al descubierto el paleorrelieve.
Segunda parada:

Cerca de Mezalocha, hicimos esta parada para ver una antigua cantera de arcillas para ver diversos fenómenos geomorfológicos tales como la erosión remontante, que está iniciando la formación de un futuro barranco. Ahí pudimos ver procesos de erosión en túnel (piping), grietas de desecación y acarcavamiento de las laderas…
Vimos una falla en la zona de las calizas y nos enseñó a distinguir entre las calizas jurásicas, grises y muy duras y las del Terciario más blandas, claras y algo margosas.
Tercera parada:

Una vez en Mezalocha, concretamente al suroeste del pueblo paramos para ver en el Barranco Conejos la discordancia estratigráfica entre los materiales del Jurásico (calizas con oncolitos) y los del Aragoniense (conglomerados, lutitas y areniscas).
Posteriormente aguas arriba del barranco, sobre el cauce, nos explicó el manejo de la brújula de geólogo para determinar la dirección y el buzamiento del estrato de calizas, concretamente buzaba 17º hacia el norte siendo la dirección 81.
Cuarta parada:

Aparcamos junto a la carretera, al sur del pantano de Mezalocha, que recoge las aguas del río Huerva. En un barranco próximo nos explicó que ese lugar se correspondía con uno de los flancos de un anticlical que habíamos visto en parada anterior.
Después ascendimos hacia el “mirador” del pantano para observar las calizas del otro lado del embalse, donde nos hizo ver un grupo de fallas y sobre el suelo algún lapiaz y varias concreciones ferruginosas sobre las rocas.
Al regresar de nuevo a la carretera, el talud de la misma ofrecía un corte en el que pudimos distinguir en su parte inferior las calizas con oncolitos del Jurásico, que son sobre las que se encuentra el vaso del pantano. Sobre ellas dos formaciones cuaternarias, la primera un depósito de ladera formado por brechas embutidas en lutitas, ya cementadas, y por encima de ella una capa de un color rojizo con clastos pequeños y más o menos redondeados, correspondientes a una terraza del río Huerva.
Aquí terminamos la excursión, regresando a Zaragoza, que estuvo marcada por un fortísimo y frío cierzo que no consiguió minar la moral del grupo. Las fotos lo dicen todo.