Custodia del territorio y vivencias socio ambientales

publicado en: Defensa, Noticias y eventos | 0

Por Henri Bourrut Lacouture.

Lo que voy a relatar ahora ocurre en la finca “Torre Casellas” de Montañana, que tiene acuerdo de custodia del territorio con ANSAR desde hace varios años (aunque pocos socios lo conocen).

Paseo bucólico con remolque agrícola

Tenemos inventario de vegetación y fauna (vertebrada e invertebrada) de las cuales se hace un seguimiento, aunque no intensivo. Se conserva la Torre, como patrimonio de la huerta zaragozana. Se mantiene una pequeña población de burros a fin de conservar tradiciones y de potenciar nuevos usos recreativos, y algunos otros animales por afición mía. Cada día se conoce mejor al vecindario que acude a ver a los animales y cada vez son más los que aportan su granito de arena para el mantenimiento de los mismos, y esto, de forma espontánea y voluntaria. Las aportaciones son a veces a cambio de estiércol para abono de sus huertos, a modo de trueque, y sin ningún tipo de compromiso. De esta manera vamos colectando, o bien porque lo traen hasta aquí o bien porque lo voy a buscar, una cantidad ya importante de residuos verdes (biomasa) de todo tipo (descritos más adelante) que son la base de la alimentación de nuestros herbívoros. De esta manera evitamos la quema de estos residuos o su vertido a contenedor. Son transformados en fiemo por burros y cabras y restituidos como fertilizante orgánico, cerrando así el ciclo. En esta época invernal, por ejemplo, se están podando los olivos y una parte significativa de la dieta de burros y cabras es la ramulla de olivo que comen de diciembre a marzo. No llevo exactamente la cuenta pero nos abastecen, por lo menos, unos cuarenta vecinos. También recogemos restos de huerto, desde tomateras, coles, berenjena, pepino y un largo etc. Igualmente recogemos restos de poda de otros árboles, hojas secas, césped (esto hay que secarlo al sol y a consumir seco). Cuando se limpian las acequias de riego, desbrozando la hierba (ahora ya se quema menos), esta hierba se aprovecha, o bien en verde, o bien seca como reserva de invierno (heno).

Hay que saber que los herbívoros, para hacer bien la digestión, necesitan mucha fibra y a todas las personas sorprende con qué afán estos animales se comen hojas, ramas tiernas, y hasta rosales. Les priva la corteza de chopos, álamos y sauces. La leña más gorda que descortezan pero que no comen se utiliza para leña.

Recogida tradicional de hierba

Otra faceta de esta aventura, y que realmente no hemos buscado, es que somos receptores de alimentos en su fin de vida que, en lugar de terminar en la basura acaban en el estómago de nuestros animales. Son alimentos que nos traen las amistades, que provienen de comunidades que los obtienen del banco de alimentos o de diversos supermercados. En particular es sorprendente la cantidad de pan que se desecha a diario y que llega aquí por sacos y cajas enteras. Es un alimento a usar con mucha moderación con los herbívoros pero que, empapado con agua es muy adecuado para las aves, sin pasarse …(gallinas, patos, ocas, pavos…). La cerdita Watta también come pan a diario.

Toda esta actividad (que me lleva mucho tiempo y trabajo) es muy interesante desde la perspectiva ambiental porque supone la recirculación de cantidad de residuos orgánicos condenados al descarte. Podrían ser triturados y/o compostados pero esto son prácticas poco habituales todavía. Desde un punto de vista social estamos dando un ejemplo de buenas prácticas y el vecindario feliz de no tener que gestionar sus residuos de otra manera y de contribuir al bienestar de unos animales que gozan de una alimentación rica y variada. Vienen las familias a visitarnos, de manera espontánea y no organizada y, eventualmente, a darse un paseo por la huerta, en carro tirado por burros.

La Torre dispone de diversos carros y carruajes (museo del burro) y se realiza al menos un paseo diario, la mayoría de las veces con un solo ocupante, un servidor. El burro intriga, goza de simpatía popular, pero poco más. Nuestros burros deben ser los únicos burros enganchados en Aragón, de forma habitual.

Aquí la verja de entrada a la finca suele estar casi siempre abierta y cualquier visita bienvenida. También hay visitas no deseadas, este año, el zorro ha hecho de las suyas con algunas aves de corral…pero aquí manda la biodiversidad.

Aquí Daphne y Huguito enganchados a un mini maratón tirando de un remolque con alfalfa recuperada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *