Un parque eólico en las Cinco Villas amenaza «el mayor dormidero de alimoches del valle del Ebro»

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Las organizaciones ecologistas Ansar y Amigos de la Tierra exigen que no debería haber un molino en un radio de 15km entorno al dormidero y que no se instalen al estar situados cerca de una zona en la que se juntan casi 100 de estas rapaces amenazadas.

Las organizaciones ecologistas Ansar y Amigos de la Tierra Aragón denuncian que la construcción del parque eólico Monlora III en las Cinco Villas amenaza el “mayor dormidero de alimoches del valle del Ebro”. El parque se ubica en la sierra de Luna, está ya en obras y pone en peligro a casi un centenar de estas rapaces y también a una veintena de buitres leonados “dado el riesgo de colisión de estas aves con aerogeneradores y tendidos eléctricos”.

Por eso Amigos de la Tierra Aragón y Ansar exigen que los molinos previstos no se instalen al estar situados a 500 y 900 metros del dormidero de alimoches. “Aún estamos a tiempo, pues aunque (el parque) está aprobado, en uno de esos dos aerogeneradores solo han puesto la base de hormigón y en el más próximo solo hay un agujero en la tierra”.

“El alimoche es una especie catalogada como vulnerable tanto Aragón como en España, ya que sus poblaciones cayeron bruscamente hace un par de décadas y continúan en declive”, recuerdan estos dos grupos conservacionistas, que explican que ya se han dirigido a la DGA, tanto al Departamento de Departamento de Industria, Competitividad y Desarrollo Empresarial como al de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, “para que se paralice la construcción del parque eólico Monlora III”.

Amigos de la Tierrra Aragón y Ansar explican que científicos de la Estación Biológica de Doñana del CSIC vienen controlando este dormidero de alimoches “desde hace más de quince años” para seguir su evolución. Por eso consideran “sorprendente” que este nuevo parque eólico cuente con la correspondiente autorización del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga).

“En la resolución positiva del Inaga no se menciona el dormidero de alimoches a pesar de que existe desde hace varios lustros, por lo que la información es sesgada e interesada”, insisten desde estos grupos ecologistas. “Además, aunque parece que ni el promotor (la empresa) ni el Inaga lo han tenido en cuenta, la resolución ya habla de impacto “severo” sobre otras aves protegidas como el cernícalo primilla y sobre los murciélagos”.

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¿Energía eólica energía limpia?

La única energía limpia o verde, es la que no se consume, siempre he oído eso, pero hoy, el mundo se mueve con energía, y el consumo de esta, es cada vez mayor.

Pero la política en Aragón (no se si también en España) posiblemente no sea la mejor. En vez de incentivar a que las personas puedan obtener su propia energía, mediante placas solares en tejados de comunidades, naves u otras edificaciones, se esta llenando la naturaleza de molinos. Dentro de unos años no va a quedar un rincón de naturaleza sin urbanizar con este tipo de sistema para obtener energía.

Pero la gente no sabe que este tipo de modelo, no se le debería de llamar energía limpia o verde. Primero porque limpia no es, nos esta “ensuciando” el paisaje. Pero no solo el paisaje, la energía eólica con sus grandes molinos de mas de 100m de altura esta matando, y digo literalmente, matando, a la mejor biodiversidad de Europa, por no hablar de los tendidos eléctricos que llevan consigo estos parques eólicos.

Yo no estoy en contra de la energía eólica, de lo que estoy en contra es donde se están instalando. Porque la gente debería saber que se están autorizando parques eólicos en las mejores zonas naturales que hay en Aragón. Y hablo de zonas donde existen especies en peligro de extinción o en grave declive, pero aún con todo esto, los autorizan.

Es incomprensible que cuando se realiza un estudio de impacto ambiental donde dice (y pongo textualmente): “Teniendo en cuenta el elevado número de aerogeneradores que pueden llegar a instalarse en gran parte del perímetro circundante, atendiendo a los proyectos eólicos solicitados, en tramitación o plenamente operativos en la comarca de las Cinco Villas, cabe prever un incremento proporcional de accidentes de aves y quirópteros en dichas instalaciones. La mortalidad previsible sobre muchas especies sensibles, especialmente las que presentan unas tasas reproductivas más bajas (buitre leonado, alimoche, águila real, águila perdicera, águila culebrera, milano real, etc.) puede alcanzar una magnitud tal que, en concurrencia con otras amenazas, podría llegar a comprometer la viabilidad a medio plazo de las poblaciones de dichas especies”.

Aún con todo lo que dice, este parque (Monlora 3) ha sido autorizado, y eso sin contar que los estudios que se han realizado de avifauna de la zona son erróneos. Y cuando digo son erróneos es porque obvian que en la zona se encuentra el dormidero comunal de alimoches más grande de Aragón y Navarra y uno de los más importantes de España.

Pero eso no importa, sobre todo a las empresa del sector y tampoco a algunos políticos que utilizan las puertas giratorias para enriquecerse.

A las grandes multinacionales de la energía (y no lo olvidemos) la naturaleza les importa una “mierda”, si, y perdón por la expresión.

Porque sus molinos matan a lo mejor de nuestra fauna, a especies emblemáticas y que se encuentran en peligro como águilas y buitres, y a otras especies no tan llamativas como los murciélagos.

Pero que mas da, ellos seguirán teniendo millones de euros de beneficio, y la opinión pública no se entera de lo que ocurre en realidad.

No se entiende como hay leyes nacionales y europeas que protegen a estas especies, y luego se les deja morir instalando molinos y tendidos eléctricos en sus hábitats. Todos los científicos lo dicen. No hacemos nada con proteger a una especie, si no protegemos su hábitat.

Las grandes multinacionales de la energía se frotan las manos, porque en Aragón han visto una gran oportunidad, porque se están autorizando parques eólicos donde la energía que producirán sus molinos no será limpia, estará manchada con la sangre de nuestras especies de fauna mas escasas.

José Antonio Pinzolas.